viernes, 26 de febrero de 2010

diario del eterno pensante...///.... pag. 10

Me aferré a su presencia, debo admitirlo, a veces parecía que dependiese de ella, pero esto logré cambiarlo, lo que si admito que es difícil de cambiar es el pensamiento, pero da igual, siempre debemos tener un yugo a nuestras espaldas, siempre debe haber un juez que dictamine nuestra culpa, la causa y el efecto

El día en que todo inicio hasta el punto cumbre no supe cómo llevarlo, no sabía que fue lo que en mí había pasado, fue algo que rompió con mi esquema y volvió todo mi mundo un laberinto donde yo era quién debía atravesarlo y decidir el camino. Así fue todo…

Como opinión personal debes tener cuidado de lo que eres capaz de hacer, y, de los retos que haces y aceptas, la noche que mis labios tomaron contacto con los suyos no supe qué hacer ni que decir, tan solo a veces rio y pienso en que el alcohol es muy mal acompañante, tal vez despierte actitudes en ti que comúnmente no serias capaz de tomar en tu sano juicio, pero a esto tengo una interrogante que hasta ahora no ha sido respondida.

¿Si el alcohol es motivo de valentía en tus actos más cobardes y menos pensados, qué hace que el estar sobrio sea tu menosprecio a aquel coraje que tuviste con el alcohol?, todos somos capaces de hacer cualquier cosa bajo efectos del alcohol, pero ¿serán aquellas cosas que hemos hecho de alguna manera un reflejo de lo que queremos?, tal vez necesitemos de una excusa para hacerlo, así no sentiremos pena ni remordimiento si lo que ocurrió puede ser agraviante a tu persona, tal vez sea ese el escudo que nos hace unos superhéroes, tal vez sea ese el acto más valiente que haremos ya que nos sentimos invulnerables, o tal vez sea nuestra indefensa personalidad la que actué y nos haga tomar lo que queremos, en fin, lo grande de esta historia ocurrió y ha ocurrido a través de la excusa o acto del alcohol.

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