sábado, 9 de enero de 2010

Diario del eterno pensante….///… pagina 4

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Cada día que llegaba a mi casa sentía una grata presencia por mí y mi familia, encontró algo que necesitaba y quería en su vida, lamentablemente era un ser solo, una persona que quería afecto, de algún modo lo consiguió, un abrazo para nosotros se convirtió en una necesidad, no había saludo sin ello, no podíamos evitar querer un contacto físico de cuerpo, en esos momentos la ternura desbordaba de nosotros, nos alimentaba de un cariño que deseábamos, algo común, así fue como comenzamos con nuestra primera rutina.
Conjunto a esto mi mente pensaba en lo que pasaba, me llené de miedo al comienzo, no quise que esto siguiera por el rumbo que estaba tomando, temía que todo cambiara, que en algún momento diéramos un paso en falso o simplemente cometiéramos un acto en contra del otro, así fue que decidí dejar un poco el cariño y comportarme como lo que éramos, simples amigos, quería ser seco, frío, no deseaba desbordar más actitudes de mi parte, tenía que ponerle un límite a todo lo que pasaba, y así fue, pero lamentablemente esto no duró mucho, no pude resistir no abrazar a aquella persona, al momento de verla mi saludo fue frío, a lo que replicó por no ser como siempre, con una simple negativa le di a entender que no quería seguir con el juego, que debíamos parar, su cara no fue muy grata, sus ojos fríos se centraron en mi, me miraba como aquella persona que quería encontrar el por qué de mi actitud, sin más, peleó conmigo, me pedía el rutinario abrazo, me negué al principio, muy a pesar de no querer, y así fue durante un gran rato hasta que mi negativa desistió y no pude soportar ver en aquel estado a esa persona que fue ganando mi cariño y aprecio sin el menor esfuerzo, desconcertado por lo ocurrido, me fui hacia él, mis manos lo bordearon, era algo que deseaba hacer, y a pesar de querer limitarme no pude, quién sabría que podría pasar más adelante pero yo quería vivir ese momento, quería hacerlo.

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