Que experiencias las que la vida te entrega, son tantas las formas de establecer una simple empatia que no hace falta el hecho de planear lo que harás en el día.
Sentados en las sillas, o de pie, tan solo disfrutan del momento, toman el néctar, aquel que borra aquellas penas, lo beben a sorbos, poco a poco disfrutan del calor y el sabor que solo esa típica bebida provoca a los sentidos, conversan, discuten, se ríen y sin saberlo la hora no tiene ni pie ni cabida, no existe aquella fina línea que dibuja lo que los minutos y segundos va grabando en el destino; No tienen idea de qué puede ser de su vida a futuro, no planean nada y viven del momento dejando atrás cada parte mala que han pasado. Las miradas se centran, las manos se agitan y poco a poco lo puro de esta vida se desborda en aquello que ante su vista se evapora; Son solo personas que sin sentido disfrutan de un motivo para mantenerse unidos, ven a través del plástico o vidrio lo puro y verdadero, ya que ni se torna blanco, ni es opaco, no es frío ni caliente, es el punto medio de lo vivido...
dedicado a esas importantes personas con las cuales he visto lo que un simple café puede hacer en una relación de amigos.
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