-Tal parece que el tiempo se hace lento este día”, dije a mi acompañante, sonreí un poco, al verle su rostro no hacía más que quedarse en silencio y escuchar con cuidado mi historia.-
-Creo que deberíamos pedir otro café, no creo que sea este el final, al contrario de esto me parece que aún queda historia por recorre, ¿no es así?-
-Si es por mí, tomaría café siempre, creo que es este quién me ha dado gratos momentos, el café es para mí aquella bebida que no debe ser tomada con cualquier persona, pero en su caso es grata su compañía y las ganas de seguir escuchando lo que mi historia tiene que revelar, además mi historia con el café se podría decir que es un anexo de lo que hoy le estoy comentando-
Disfruté del café en ciertas ocasiones acompañado de aquella persona, para aquel entonces no era muy amante de este, lo tomaba pero no era tan preciado para mi paladar, él solía decir que dicha bebida debería ser tomada en forma lenta, aprovechando su calor, su sabor, dejar que sea el paladar quien te dé el goce, y así fue como comenzó mi gusto por el café, estoy aquí porque fue en un café donde solíamos sentarnos a disfrutar del ambiente, yo en el centro y él a mi derecha, hablábamos de todo un poco, pero el momento se hacía placentero.
Aún se me hace extraño todo, para el principio mi personalidad no era del todo amiga, era un ser apartado, no era de mi interés el conocer personas y hacerlas cercanas, si vieras desde un pequeño hueco lo que yo era antes a lo que fui y a lo que soy ahora te parecerían tres personas distintas, esto era exactamente lo que yo pensaba en cuanto a él, que llegó a mi vida, tomó parte de ella, se quedó y fue capaz de hacer salir de mi muchas cosas, pero como todo, las personas cambian y lo que hoy te da vida mañana podría darte la muerte.
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